La pizza es uno de los personajes más caóticos del mundo de la gastronomía, pero al mismo tiempo uno de los más consumidos en todo el planeta. Santo y seña de un país con la excelente tradición culinaria de Italia, desde su nacimiento estuvo llamada a marcar un antes y un después en la historia de la alimentación.
Sin embargo, a veces entras un restaurante y cuando pides tu pizza favorita, ¡te traen otra cosa! Por ejemplo, la «margarita» es la más sencilla pero se sirve de formas diferentes. La «caprichosa» se puede presentar con salami, anchoas, champiñones, atún, gambas o incluso sobrasa en Mallorca. Pero ese también es uno de los encanto de este producto, que se puede personalizar y es un candidato ideal para hacer probaturas en casa, especialmente con los niños, ya que les encanta comérsela y ponerse perdidos de harina.
El secreto está en la masa
Uno de los grandes misterios es el de cuál es la masa perfecta. Independientemente de las cantidades que se utilicen para hacerla, hay algunas gordas y otras no tanto, como todo en esta vida. Hay quienes incluso desechan los bordes, ¡menudo sacrilegio!
El origen de la pizza es otro capítulo digno de mención. Se suele decir que la inventaron los napolitanos, los sicilianos, en otras partes de Italia, los etruscos, los griegos e incluso algún americano la reclama como propia… Sea como fuere, no siempre hay que fiarse de lo que dicen en Internet. Y para muestra, este botón.
Por todo el Mediterráneo encontramos panes que se suelen combinar con carnes, pescados y verduras. Las pitas griegas, la focaccia romana, las orientales parathas, las turcas pitas y nuestras cocas son un ejemplo. Estos panes desde tiempos inmemoriales se han mezclado con grasas como la manteca, mantequillas diversas, aceite de oliva y muchas veces se han añadido ingredientes, antes de la cocción, de forma que se cuecen junto con la harina. Así pues la masa de la pizza parece que no tiene una paternidad clara sino que ha estado presente de forma parecida, en todas las culturas del Mediterráneo desde hace siglos.