Aunque el ser humano parece vivir en un constante progreso y, de hecho, en estos últimos años la calidad de vida ha aumentado de forma evidente, esto no es proporcional a toda la población. Sigue habiendo un primer mundo privilegiado, una parte de países que están en desarrollo y por último, el llamado Tercer Mundo, los países más empobrecidos del planeta. Una situación que, en lugar de mejorar, parece que sigue haciéndose cada vez más y más complicada. Los países más ricos siguen creciendo, pero los más pobres se quedan como están, o van a peor, por culpa de las guerras, las hambrunas y los intereses económicos mundiales. La brecha se sigue haciendo cada vez más y más grande, y está provocando ya problemas migratorios que, por otro lado, son más que lógicos en esta situación. Muchas personas de países pobres huyen hacia la parte más próspera del planeta en busca de una oportunidad, pero allí deben hacer frente a las dificultades del racismo y la xenofobia.
La situación en estos países va en detrimento de su propia población, que suele sobrevivir más que vivir. Se intenta llegar a un punto en el que al menos estén cubiertas las necesidades más básicas, como la comida, el agua o la vivienda. Algo que en nuestros países damos por hecho, que ya apenas valoramos porque siempre lo hemos tenido, pero que para ellos es un auténtico milagro. En las zonas rurales, la situación se vuelve especialmente complicada, sobre todo en países de África y Asia, los dos continentes que concentran al mayor número de población de este tipo. Sin embargo, en las ciudades hay todavía un poco de esperanza para esas personas que tratan de subsistir día a día. Con trabajos precarios y en casas pequeñas, donde viven hacinados, pareciera que Internet iba a traer algo de luz para este Tercer Mundo. La red podía cerrar la brecha de una vez por todas, creándose una ventana al mundo exterior para entenderlo, aprender y llegar a vender incluso productos por todo el planeta. Algo tan peculiar como el porno también parecía haber llegado, por fin, a estas zonas. Sin embargo, ¿hay industria pornográfica en países del Tercer Mundo?